Esta cría de alce hace un impresionante contraste con el oscuro pelaje de su madre. Gracias a su pelaje oscuro, los alces pueden esconderse perfectamente entre las maderas y troncos oscuros de los bosques, aunque los alces albinos también pueden camuflarse a la perfección en los bosques…cuando hay nieve. Sin embargo, una vez que se derrite la nieve, este albino es por desgracia mucho más visible para sus depredadores lo que acorte significativamente su esperanza de vida.
El primer alce albino conocido fue apodado "Albin", este alce dejó perpleja a la comunidad científica noruega y a los cazadores del país escandinavo, ya que no se atrevieron a matarlo por temor a represalias. El alce albino, que debe su color a un gen recesivo que sólo aparece rara vez, se ha convertido en la sensación de la comarca de Oestfold, al este de Noruega, donde los residentes han comenzado a vender camisetas con una imagen del animal.
El alce, un macho, es el único de su clase en Noruega donde hay casi 500 mil alces. Se ha contemplado un alce albino cada 2 años", según afirma, Jon Arnemo. Los científicos estiman que surge un alce albino por cada 100 mil ejemplares de ese herbívoro. La danesa Kirsten Foss Hansen fue la primera en dar con el alce en la localidad de Svinndal, el mes de mayo pasado y en conseguir fotografiarlo tras organizarse una competición entre los vecinos de la zona, en búsqueda del animal. "Fuí la primera en fotografiarlo. Es un alce blanco muy bonito y grande. Lo vi por primera vez en el mes de mayo anterior. Nunca antes había visto uno", dijo Hansen. Los cazadores de la región le han perdonado la vida, aseguró. En Noruega, es habitual que los cazadores maten numerosos tipos de animales salvajes, incluso especies semi-protegidas, como linces y osos pardos. Un cazador, que se atrevió a anunciar en un periódico que mataría a Albin, recibió cientos de respuestas de lectores enfurecidos amenazándolo. "Sabemos donde vives y te vamos a dar una paliza", dijeron algunos, según informó la radio noruega Nrk. "Es muy especial. He escuchado hablar de alces grises pero nunca he visto uno albino en mis 40 años de cazador", dijo Oddbjorn Onsaker, a Nrk. Sigmund Lerheim, director de un comité de fauna salvaje de la ciudad de Spydeberg, en la misma comarca, dijo que no podía garantizar la vida de Albin porque la ley no hace una excepción con los alces blancos.